lunes, 7 de abril de 2014

Not this time.

Esta es la última vez que te menciono, al menos adrede. Fuiste dos semanas, quizás, tres. Un café, tres cenas, velocidad en todos los sentidos, juegos, películas... Es extraño cómo alborotaste mi mundo en tan poco tiempo, y cómo lo has dejado sumido en el más estúpido de los caos existentes.
Te dije que no lo hicieras, y lo hiciste, quizás, pensándolo fríamente ahora, debí decirte que lo hicieras, usar contigo la psicología inversa, quién sabe... Aún así, no me arrepiento. Ahora sé que no volverás y si lo haces, seré yo la que ponga muros de contención de por medio, aunque en cierto modo me gustaría que volvieras. 
Seguramente será a otra a la que agarres la mano y le digas que no tenga miedo, que confíe. Yo por mi parte sigo aquí, donde me dejaste esa noche. Con más ambición si cabe, con ganas de irme, de poner tierra de por medio, con expectativas de que otra persona me diga que confíe y esta vez pueda ser así. 
Sé que no vas a leer esto, pero al menos me queda el consuelo de saber que eras un imposible, que mi mundo y el tuyo no iban a mezclarse y que al final, soy yo por encima de todo, es mi ambición ante todo, mis ganas, mi fuerza, cosas con las que no vas acorde, por que a mi no me lo han puesto tan fácil, pero sé lo que es tener un ejército en frente y ajustarse el escudo al cuerpo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario